Mesa 1

Mesa 1.

El poder transformador del docente emocionalmente competente.

    Dra. María de los Dolores Lozano Suárez

    ¿Y si los docentes fueran emocionalmente competentes para sostener estados emocionales dolorosos, apoyar comportamientos saludables, guiar talentos, afrontar conflictos, colaborar con las familias en el necesario crecimiento personal del alumnado…?, si esto fuera posible… ¿Qué pasaría?

En la profesión docente, junto a competencias de marcado carácter técnico, aparecen otras que responden a la naturaleza social y emocional de la misma: son las "competencias socio-emocionales", que podemos entender como el conjunto de habilidades y destrezas que permiten interactuar con los demás o consigo mismo de forma eficaz y satisfactoria, además de facilitar una adecuada adaptación al contexto en el que se produce el acto educativo.

Para enseñar/transmitir competencias socioemocionales, hay que empezar por uno mismo. Poco se consigue cuando un profesor pretende inculcar en sus alumnos competencias sociales o emocionales que él no aplica ni domina. El profesor debe atender a una doble faceta debido a su liderazgo socio-emocional en el aula: por un lado, debe formar a los alumnos en competencias socio-emocionales y por otro lado, debe formarse él: para cumplir mejor su misión; para sentirse mejor; para educar a sus alumnos; para que éstos se sientan mejor. Sólo un profesor emocionalmente competente puede ayudar a desarrollar en sus alumnos las competencias socio-emocionales necesarias para conseguir un clima de trabajo efectivo y de plena convivencia. Las competencias socioemocionales son el factor diferencial que caracteriza a los profesores eficaces, emocionalmente saludables y benéficamente influyentes sobre sus alumnos. (Orts, 2099)


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